¿Cómo hablar sin las palabras?

Para nadie es un secreto que, al comunicarnos con otras personas, no solo transmitimos nuestro mensaje con las palabras que usamos, sino también con los movimientos de nuestras manos y cuerpo, los gestos faciales, el tono de voz, la entonación, etc.  

Muchas veces, no somos conscientes de cómo estamos usando estos elementos y nuestro mensaje puede ser malinterpretado. Es por esto que, en este artículo, describiremos algunos y te contaremos cómo pueden influir en el mensaje que transmitimos al hablar. 

  1. Tus gestos faciales:  la mayoría de nosotros usa nuestra cara para demostrar nuestros sentimientos sin decir ni una palabra. Una sonrisa demuestra felicidad, un guiño quizá complicidad, una mirada seria demuestra enojo, etc. Todo esto sin necesidad de emitir un sonido.  

    Los gestos también acompañan a las palabras. Una frase como “¡Buen trabajo!” acompañada de una sonrisa tiene un significado muy positivo; mientras que la misma frase acompañada de una mirada seria, posiblemente signifique que hemos hecho algo malo.  
     
  2. Tus manos: aquí debemos darle una mención especial a los italianos. Su lenguaje corporal es quizá uno de los más ricos que hay. ¿Cuántas veces has visto a personas imitando a un italiano juntando las yemas de sus dedos hacia arriba y moviendo la mano hacia delante y hacia atrás? Este gesto, que en realidad tiene una connotación negativa, transmite un mensaje por sí solo.  

    Pero no sólo los italianos usan sus manos para transmitir mensajes. Todos, de alguna manera, hacemos movimientos mientras hablamos con otras personas (incluso cuando esta comunicación es telefónica) y estos movimientos nos ayudan a expresar nuestras ideas. 

  1. El volumen de la voz: ¿alguna vez has tenido algún problema por decir algo con un volumen de voz muy alto? Quizá la persona a la que le estabas hablando se sintió ofendida por tu volumen de voz, aunque no haya sido intencional. Por otro lado, un volumen de voz muy bajo puede transmitir sentimientos de miedo o vergüenza y, si siempre mantenemos el mismo volumen, podemos transmitir aburrimiento. 

    El volumen de la voz, en conjunto con el resto de los elementos, puede ayudarte a transmitir tu mensaje de manera adecuada o provocar inconvenientes con tus interlocutores. Es por esto que debemos siempre variar nuestro volumen de manera consciente, basándonos en el contexto y el mensaje que queremos dar. 

  2. La entonación: este elemento va de la mano con nuestro tono de voz. Si tomamos de nuevo el ejemplo de la frase “¡Buen trabajo!”, esta frase puede significar algo positivo si la entonación sube un poco o algo negativo si la entonación es neutral o cae (esto irá acompañado del gesto facial para hacer el mensaje más claro).  

    La entonación también nos ayuda a determinar cuándo nuestro interlocutor a finalizado una idea. Intenta decir la siguiente frase: “Me gustaría comer pizza con pepperoni, jamón, pimentón…”. Ahora di esta: “Me gustaría comer pizza con pepperoni, jamón, pimentón y salami.”. ¿Notaste cómo en la primera frase tu entonación subió un poco? Si dejamos nuestra frase así, la otra persona sentirá que falta algo. Con la segunda frase, luego de “y”, podrás haber notado que tu entonación bajó. Esto indica que la idea se ha completado y da una señal a tu interlocutor para tomar la palabra.

  1. La fluidez: esta palabra se repite mucho cuando aprendes un idioma, pero, como puedes ver, no solo demuestra cuánto conoces el idioma y tu capacidad de hablar de manera continua, sino que también puede transmitir tus sentimientos (incluso en tu lengua materna). 

    Tartamudear, por ejemplo, puede indicar que la persona está nerviosa o insegura. Hacer muchas pausas podría ser sinónimo de desinterés y, por otro lado, la falta de pausas y el uso de frases de relleno o muletillas como “ya sabes”, “bueno” pueden indicar ansiedad.  

En nuestro día a día, usamos todos estos elementos de manera natural e inconsciente. Sin embargo, muchas personas deciden aprender a controlar la manera en que los usan a través de entrenamientos que los ayuden a ser más conscientes.  

Existen estudios que explican el significado de cada uno de nuestros gestos, la manera cómo movemos nuestras manos y brazos, nuestra postura, nuestra mirada, etc. Pero, con entrenamiento o sin él, cada palabra que emitimos está acompañada de mensajes silenciosos a través de nuestro cuerpo. Así que, la próxima vez que hables con alguien, tómate el tiempo de analizar lo que esa persona está haciendo que te ayuda a entender sus ideas. 

¿Has tenido alguna experiencia interesante con alguno de estos elementos? ¿Eres capaz de controlarlos? Comparte tus ideas en la sección de comentarios. 

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.