Aprender un idioma puede ser una tarea algo complicada, con altos y bajos, momentos de avance y otros de errores, sentirnos orgullosos un día y frustrados el otro, en fin, “fácil” no es la palabra que todos usaríamos para describir este proceso.
Sin embargo, tenemos buenas noticias, una vez has pasado por todo ese proceso, aprender otros idiomas será más sencillo. Veamos por qué:
Ya sabes cómo aprender: ya has hecho un gran esfuerzo tratando de encontrar la mejor manera de aprender, las estrategias que mejor funcionan para ti, los horarios, etc. Al comenzar otro idioma, todas estas estrategias y habilidades te permitirán hacer el proceso mucho menos estresante o intimidante pues ya sabrás qué hacer para comprender mejor los textos, a otras personas hablando, sabrás cómo practicar desde casa y dónde buscar herramientas para mejorar.
Puedes transferir conocimientos: bien sea porque los idiomas son muy parecidos y logras reconocer muchas de sus palabras y estructuras (esto es muy común entre idiomas que provienen de la misma raíz como las lenguas romances que son francés, italiano, español y portugués; o las lenguas germánicas como el inglés y el alemán) o porque existen palabras prestadas entre los idiomas (aunque sean muy diferentes), conocer un idioma te permite usar la información que tienes sobre el mismo para comprender las palabras en otros idiomas.
Puedes comparar estructuras: encontrarás similitudes entre los idiomas, pero también áreas completamente diferentes y tus conocimientos de las estructuras en un idioma te permitirá reconocer esas diferencias con más facilidad, saber cómo funcionan y el porqué de ciertas cosas.
Tus músculos serán más flexibles: no, no estamos hablando de yoga. Estamos hablando de los músculos de nuestra boca. Cuando nacemos, somos capaces de producir cualquier sonido con facilidad. Mientras crecemos, aprendemos nuestra lengua materna y los músculos de nuestra boca se adaptan para producir específicamente los sonidos de ese idioma. Es por esto que muchas veces nos cuesta producir ciertos sonidos en otros idiomas. Sin embargo, aprender un idioma nos ayuda a “entrenar” esos músculos para que sea más fácil pronunciar nuevos sonidos en otros idiomas.
Tú eres más flexible: ya sabes lo que significa aprender otro idioma y, por lo tanto, eres menos exigente contigo mismo. Sabes que cometer errores no es el fin del mundo, sabes que es un proceso que toma tiempo, sabes que memorizar una lista interminable de palabras no es sinónimo de saber hablar el idioma, en definitiva, has superado esas falsas expectativas y ahora te tomas el proceso con más calma. Esta tranquilidad te permite aprender sin estrés, disfrutando más del proceso.
Tu oído es más sensible: esos momentos de frustración por no poder ser capaces de entender ni una sola palabra posiblemente disminuyan y seas capaz de comprender más sonidos con mayor facilidad.
Tienes más confianza: ya sabes un idioma diferente al de tu lengua materna, superaste muchos obstáculos y ahora te puedes comunicar con naturalidad en el idioma que aprendiste. Esto te permite saber que también lograrás aprender este nuevo idioma y que también serás capaz de usarlo de manera fluida.
Aprender un idioma trae muchos beneficios, entre los cuales está la facilidad que nos brinda aprender otros idiomas. Así que, si estás aprendiendo un idioma, sigue esforzándote porque vale la pena, si ya lo aprendiste, anímate a aprender otro y si no estás aprendiendo otro idioma ¿qué estás esperando?