¿Qué tan seguido logras enfocarte (de verdad) en una sola cosa por un largo periodo de tiempo? No muy seguido, ¿cierto? Todos los seres humanos, consciente o inconscientemente, solemos realizar varias actividades de manera “simultánea”. Y utilizo las comillas porque, en realidad, no lo hacemos simultáneamente. Lo que en realidad sucede es que interrumpimos una actividad para hacer otra y luego regresar a la primera. Un ejemplo de esto es cuando estamos trabajando y, nos distraemos unos minutos para chequear nuestro celular y luego continuar con lo que estábamos haciendo.
Lo mismo sucede en el aprendizaje de idiomas. Es muy común estar en medio de una clase y distraernos con un mensaje que llegó a nuestro teléfono (lo que sucede con más frecuencia cuando la clase no es muy interesante).
Muchos ven el multitasking como una ventaja o una habilidad. Sin embargo, en el ejemplo anterior, esa “habilidad” está distrayendo nuestra atención y, en muchos casos, se vuelve complicado retomar el ritmo de lo que estábamos haciendo en clase y puede que no logremos volver a concentrarnos. Estamos forzando nuestro cerebro a realizar dos actividades que no necesariamente están conectadas y esto puede dejarnos exhaustos.
Entonces, este tipo de distracción puede significar que no logremos procesar la información que estamos recibiendo de manera correcta y que, en el futuro, no seamos capaces de usar esos conocimientos al comunicarnos. Piénsalo, ¿qué tanto eres capaz de recordar después de una clase en la que estuviste distraído con el celular?
Sin embargo, si usamos esta habilidad de manera inteligente, puede que el multitasking sea de ayuda en nuestro proceso de aprendizaje. Algunos ejemplos en los que podemos hacer varias actividades a la vez mientras aprendemos idiomas sin que forcemos demasiado a nuestro cerebro son:
Escuchar música, un audiolibro o un podcast mientras hacemos otras cosas (ejercicio, tareas del hogar, etc.) es una manera muy sencilla de estar expuestos al idioma sin necesidad de concentrarnos tanto. Este tipo de multitasking es, de hecho, algo que muchos profesores de idiomas sugieren como una manera de practicar constantemente y sin mucho esfuerzo fuera de clase.
Tomar dictados o responder preguntas mientras escuchamos una grabación es también un ejemplo de multitasking positivo. En este caso, estamos escuchando y escribiendo al mismo tiempo, algo que, aunque suena sencillo, suele representar un reto para muchos.
Leer y escribir una lista de nuevas palabras es también una buena práctica en el aprendizaje de idiomas. Pero, ten cuidado. Es importante saber qué tipo de lectura estamos realizando. Cuando leemos por placer o para leer de manera más fluida, detenernos a buscar cada palabra nueva en el diccionario y escribirla en nuestra lista será contraproducente. En ese caso, lo mejor es enfocarnos en comprender la idea general de lo que estamos leyendo e ignorar las palabras que no sean claves para la comprensión.
Hay muchas otras ocasiones en las que hacemos varias actividades al mismo tiempo durante el aprendizaje de idiomas. Si lo hacemos de manera adecuada, será de gran ayuda para mejorar nuestro nivel de manera eficaz. Solo recuerda que, si no usamos esta habilidad con consciencia, puede jugar en nuestra contra y terminar interfiriendo negativamente en nuestro proceso de aprendizaje.