Las lenguas eslavas: las encontramos en gran parte de Europa Central, Europa oriental y el norte de Asia. Algunas lenguas eslavas son el ruso, el polaco, el checo, entre otras.
Las lenguas celtas: las encontramos en Francia, el Reino Unido e Irlanda con idiomas como el irlandés, el galés, el gaélico escocés, entre otros.
Las lenguas indo-iranias: son las lenguas que encontramos en el Oriente Medio, Asia Central, Meridional y en Europa Oriental. Algunos de los idiomas más hablados son el hindi-urdu, el persa, el nepalí, el bengalí, entre otros.
Existen, en total, 11 familias lingüísticas como la urálica, en la que encontramos idiomas como el húngaro y el finés; la túrquica, con idiomas como el turco, el Gagauz (hablado en Moldavia y Ucrania), el Azerí (Irán), entre otros.
El árabe y el egipcio son parte de la familia lingüística afroasiática. También podemos mencionar la familia de lenguas nilo-saharianas (presentes en Sahara, África central y oriental), las lenguas japónicas, las esquimo-aleutianas, entre otras.
Los idiomas pertenecientes a cada grupo comparten características gramaticales como el género, el número, la conjugación de los verbos y el vocabulario. Aunque no son exactamente iguales, pueden ser inteligibles por los hablantes del mismo grupo. Sin embargo, existen algunos idiomas que, a pesar de pertenecer a un grupo, no son inteligibles por hablantes de otros idiomas de ese grupo. Entre ellos encontramos el islandés, el alto alemán, el rumano y todas las variedades del chino.
Entonces, podemos entender por qué muchas veces algunas personas dicen que “entienden” lo que escuchan o leen en otros idiomas, pero no son capaces de hablarlos. Y es que hay muchas similitudes entre idiomas del mismo grupo. Sin embargo, debemos ser cuidadosos con esas palabras que son muy parecidas pero que, en realidad, tienen diferentes significados, conocidas como los falsos amigos. Estas palabras podrían ocasionar problemas de comunicación. Por esta razón, es importante estudiar el idioma para comunicarnos de manera adecuada.
¿Conoces la historia de la Torre de Babel? Según la biblia, al inicio de los tiempos, todas las personas hablaban un mismo idioma. Un día, quisieron construir una torre para llegar al cielo y, como castigo, los hicieron hablar idiomas diferentes para que no se entendieran y no pudieran terminar la torre, dispersándose a lugares diferentes.
Podríamos, entonces, decir que hay idiomas muy parecidos porque todos vinieron de un solo idioma. Sin embargo, para muchos, la razón más lógica del por qué ese idioma se convirtió en más de 6.000 idiomas actuales tiene que ver, no tanto con una torre hacia el cielo, sino con las diferentes migraciones, los procesos de colonización, invasiones y guerras que trajeron un idioma a diferentes lugares, donde se fueron creando, a su vez, nuevas formas de comunicarse.
En la actualidad, puede resultar difícil creer que alguna vez todos hablamos el mismo idioma. Es que el inglés y el español no son tan parecidos como el italiano y el español. Esto se debe a que, a pesar de que la mayoría pertenecen a la familia lingüística indoeuropea, existen diferentes grupos:
Las lenguas romances: Son también conocidas como lenguas románicas o lenguas latinas y vienen del latín. Entre las lenguas romances podemos encontrar el español, el italiano, el francés, el portugués, entre otros.
Las lenguas germánicas: se dividen en 3 subgrupos, las germánicas occidentales (encontramos en este grupo el inglés, el alemán, el neerlandés, entre otros), las germánicas nórdicas (con idiomas como el danés, el sueco y el noruego); y las germánicas orientales (con idiomas poco documentados y ya desaparecidos como el gótico).