Traducción y localización: conceptos básicos.

Hasta hace unos años, traducir un documento significaba buscar el equivalente de ciertas palabras de un idioma a otro, tomando en cuenta las reglas gramaticales, contexto, género literario, etc. Sin embargo, con la globalización, surgió la necesidad, no solo de buscar una palabra que significará lo mismo en otro idioma, sino de buscar la palabra que fuera culturalmente más aceptada en el lugar específico al cual iba a ser dirigido el mensaje.

Es aquí precisamente donde se comienza a “localizar”. Traducir una palabra como “straw” (el objeto cilindrico para beber líquidos) del inglés al español, por ejemplo, implica elegir entre varias opciones: pajilla, popote, pitillo, sorbete, paja, caña, entre otros. Todos son equivalentes correctos para la palabra en inglés, entonces ¿Cómo se elige entre esas opciones? Eso depende de la cultura a la que el mensaje va dirigido. Si la audiencia es de Colombia o Venezuela, “pitillo” es la opción adecuada; pero en España, “pitillo” es un sinónimo de “cigarrillo”, por lo tanto, para este mercado se debe usar “caña”, “paja” o “pajilla”. En México, por otro lado, se recomienda evitar la palabra “pitillo” y usar “popote” ya que la anterior podría crear una situación un tanto vergonzosa. 

Este proceso de elegir la palabra adecuada para una región específica y su cultura se conoce como localización. 

¿Por qué es importante incluir la localización en el proceso de globalización de un producto?

El marketing de un producto o servicio implica conocer a la audiencia, sus gustos, necesidades, costumbres, etc. Al buscar ofrecer un producto o servicio a nivel mundial, se debe respetar a cada audiencia y modificar el mensaje para que sea atractivo y que permita a los clientes sentirse identificados. Un traductor localizador podrá sugerir cambios en los lemas, gráficos, colores, imágenes, etc. para adaptar las estrategias a los gustos, costumbres y necesidades del mercado al que se busca llegar.

Si no se toman en cuenta estos aspectos y se limitan a traducciones sin localización, es muy probable que la campaña no sea exitosa porque, o no atrae al público, o el mensaje no se entiende o, lo que es más vergonzoso, el mensaje es completamente diferente a la idea original. Existe una gran cantidad de ejemplos de campañas que han fracasado por una mala localización, como la aerolínea Braniff que tradujo su slogan “Fly in leather”, refiriéndose a sus asientos de cuero, a “Vuela en cuero”, lo que en España significa “Vuela desnudo”. 

La traducción sigue siendo indispensable

Es importante entender que la traducción y la localización no son opuestas. La traducción sigue siendo la base para transmitir un mensaje en diferentes idiomas y la localización es un paso más en la traducción, la adaptación a las diferentes regiones y mercados, lo que la hace más completa y efectiva.

Esto representa una inversión mayor.

Muchas compañías, especialmente si están iniciando sus procesos, evitan añadir más gastos y deciden no solicitar servicios de localización, confiando en que la traducción será suficiente para llegar al mercado global. ¡Grave error! Si bien un traductor-localizador tendrá una tarifa mayor, el resultado de su trabajo resultará en un mayor alcance para la empresa y, por ende, en más ganancias. No es recomendable querer ahorrar en este proceso porque las pérdidas por falta de interacción del mercado serán mayores.

¿Has tenido alguna experiencia con la traducción-localización? ¿Conoces de algún caso de errores de localización vergonzosos? ¿Eres experto en el área? Ayúdanos con más información dejando tus comentarios más abajo.

3 comentarios en “Traducción y localización: conceptos básicos.”

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