Seguramente has escuchado que los niños son mejores aprendiendo idiomas o el famoso dicho «loro viejo no aprende a hablar» haciendo entender que, cuando alcanzas cierta edad, no eres capaz de aprender nuevas cosas.
Es cierto que los niños tienen una gran capacidad de retención e imitación, lo que los ayuda a aprender idiomas con cierta facilidad, con mejor capacidad para pronunciar sonidos e incluso lograr eso que muchos estudiantes de idiomas buscan que es “sonar como un nativo”. Existen estudios que sugieren que la manera de lograr la fluidez de un nativo es comenzando a estudiar el idioma antes de los 10 años y que, a partir de los 18, esa capacidad de aprender idiomas disminuye.
Pero esto no quiere decir que, si tienes 19 años, debes olvidarte de tu intención de aprender un idioma. Ni que tengas 70 años. Si bien, al pasar de los años, internalizamos mucho más nuestra lengua materna en nuestros cerebros y los músculos que usamos para pronunciar los diferentes sonidos se adaptan específicamente a los sonidos de nuestra lengua materna, los adultos logramos mantenernos enfocados por largos periodos, nuestro cerebro también tiene mayor capacidad para analizar las estructuras gramaticales, establecer patrones y comprender conceptos abstractos. Algo que es más complejo de lograr antes de los 10 años.
Otro factor importante a tomar en cuenta es que, al ya conocer un idioma, las estructuras y poseer un vocabulario amplio, el estudiante adulto tendrá más oportunidades para comparar sus conocimientos con la información nueva que reciba; algo con lo que los niños no cuentan.
¿Cuál es la mejor edad para aprender un idioma? La respuesta es: la edad en la que QUIERAS aprender un idioma. Aunque en muchos casos no se trata de querer sino de necesitar. Nuestra edad es un factor que no podemos controlar en el proceso de aprendizaje, pero lo que sí podemos controlar es nuestra motivación y dedicación.
El aprendizaje tiene mucho que ver con las emociones. Un niño o un adolescente puede no sentirse cómodo en clases de idiomas, puede no sentirse interesado y, sin importar que está en la mejor edad para aprender, no logrará hacerlo porque no está motivado y se rehusará a hacerlo. Mientras que el adulto que siempre ha querido aprender idiomas, o que quiere encontrar un trabajo en otro país, o simplemente quiere viajar y comunicarse con los locales, estará muy motivado y se enfocará en establecer una rutina, en buscar maneras de mejorar y quizá logre mucho más que el niño «esponja» (como suelen llamarlos) que no tiene la misma motivación.
Ciertamente, comenzar a aprender un idioma desde una edad temprana será de mucho beneficio porque tendremos mucho más tiempo para perfeccionarla hasta alcanzar el nivel que deseamos (también tomando en cuenta que, siendo niños hay menos responsabilidades y carga emocional), pero la disciplina y la constancia pueden ayudarnos a lograr esa misma meta como adultos.
Entonces, en mi opinión, es mejor dejar de pensar en la edad cuando se quiere aprender un idioma y pensar más en la motivación, las emociones que pueden bloquear hasta el cerebro más brillante y la dedicación.
¿Tú qué crees? ¿Existe una edad ideal para aprender idiomas? ¿A qué edad comenzaste tú? Déjanos tus comentarios más abajo.
Pingback: 5 mitos sobre el aprendizaje de idiomas – Xemant.com
Pingback: Motivation as a tool to learn new languages – Xemant.com