Los profesores alrededor del mundo estarán de acuerdo conmigo cuando digo que ser profesor no es un trabajo fácil. Definitivamente amamos lo que hacemos, nos encanta ayudar a nuestros estudiantes a mejorar y también aprender de ellos pero, como en toda carrera, hay cosas que enfrentamos que realmente desearíamos que no pasarán. Le preguntamos a algunos profesores sobre esas cosas que no amaban tanto sobre enseñar y estas son algunas áreas que muchos mencionaron:
- Papeleo: el primero en la lista porque fue el más popular en nuestra encuesta. A diferencia de lo que muchos creen, enseñar no solo se trata de ir a una clase, hablar y corregir a los estudiantes por 45 o 90 minutos, para luego ir a casa a ver películas. Enseñar significa entrenarse para ser mejores profesores, investigar sobre cuáles son las mejores metodologías de enseñanza, planificar clases acorde a los niveles, estilos de aprendizaje, el contexto de los estudiantes, y que sean interesantes, crear materiales o encontrar videos, artículos o actividades que sean relevantes para la clase, ir a reuniones, etc.
Además de todo eso, tenemos que escribir reportes sobre el desempeño de cada estudiante, debemos llenar planillas justificando nuestro enfoque y metodología de enseñanza, estamos obligados a completar entrenamientos, llevar la asistencia y evaluar los trabajos de nuestros estudiantes. Todas estas actividades definitivamente tienen un impacto en nosotros y, en realidad, preferiríamos pasar todo ese tiempo con nuestros estudiantes, creando materiales para ellos, y usando nuestra creatividad para traer actividades nuevas y más interesantes al aula. - Estrés: todo lo que hacemos toma bastante tiempo y casi nunca tenemos ese tiempo para hacer las cosas… muy estresante. Planificar una clase significa pensar cuidadosamente sobre cada actividad, y cómo beneficiará a cada estudiante en la clase; debemos buscar formas para variar esas actividades para que los estudiantes sientan interés hasta el final de la clase y, si tienen un examen o escriben un texto, debemos evaluarlo (corregir es realmente extenuante – no lo tomamos a la ligera y por eso dedicamos mucho tiempo a hacerlo).
Luego… observaciones. ¿Puede algún profesor evitar sentirse estresado cuando lo observan? (antes, durante o después de la observación). Cuando hay alguien en nuestra aula observando cada paso que damos y anotando quién sabe qué, de verdad nos estresamos. Pensamos demasiado cada cosa que hacemos, puede haber problemas con los equipos, u olvidamos algo importante o nuestros estudiantes deciden ser “chistosos” en el medio de la observación (esa persona definitivamente tomará nota de eso – manejo de la clase).
Debemos escribir reportes antes de finalizar el curso, reunirnos con los padres para darles feedback sobre el desempeño de sus hijos (los padres… ese es el próximo punto), debemos ir a reuniones y dar reporte de lo que hemos hecho, cómo lo hemos hecho, etc. Y debemos intentar satisfacer las necesidades de todos. ¿No es eso estresante? Sí, eso es lo que significa ser un profesor.
- Padres: Entonces, los padres. Sabemos que quieren lo mejor para sus hijos, quieren que mejoren y se note algún progreso. Pero, por favor, confíen en nosotros. Somos profesionales, estamos entrenados y sabemos qué hacer. Estamos felices de recibir sugerencias, tratamos de implementar lo que piden en las encuestas, de verdad amamos ver cómo nuestros estudiantes mejoran entonces, créanme, trabajaremos duro y haremos el mayor esfuerzo para que eso pase.
No podemos enfocarnos en un estudiante, tenemos que involucrar a todos nuestros estudiantes. Sabemos que los estudiantes necesitan evaluaciones (porque sabemos qué hemos enseñado y cómo evaluarlo). Buscamos la mejor manera de enseñar diferentes áreas. Hay muchos factores que influyen en el progreso de los estudiantes, si un niño no está aprendiendo tan rápido como lo esperan, “la culpa” no es del profesor. Cada estudiante aprende a una velocidad y manera diferente (eso no significa que no lo logrará), la práctica en casa es clave en el proceso, las emociones también tienen un gran impacto, y la lista continúa. Intentemos tomar esto en consideración y discutirlo juntos en vez de culparnos desde el inicio. - Los estudiantes que no están comprometidos: por mucho que amemos ayudar a nuestros estudiantes para que mejoren y tratamos de motivarlos tanto como podamos, hay estudiantes que son un gran reto para nosotros y que, en ocasiones, nos hacen regresar a casa verdaderamente exhaustos; generalmente, estos son los estudiantes que no parecen estar para nada interesados y que no entienden que el aprendizaje es también su responsabilidad.
Sí, los profesores están entrenados para trabajar la motivación de los estudiantes y debemos encontrar maneras para que se sientan tranquilos y más involucrados. Pero, ¿podemos forzar a los estudiantes que realmente no quieren realizar las actividades, hacer su tarea o participar en clase? Y no me refiero a los que sienten que algo es complejo o que son tímidos, me refiero a los que simplemente no quieren (que son lo suficientemente honestos para decirlo directamente) o incluso los estudiantes que te retan. ¿Hasta qué punto debemos intentar motivarlos? ¿Es siempre nuestra responsabilidad? ¿No deberían ellos también hacer un esfuerzo?
Cualquiera que sea tu posición en esto, hay algo en lo que podemos estar de acuerdo y es que estos estudiantes no son necesariamente lo que más disfrutamos de enseñar. Y, cuando su falta de interés se convierte en irrespeto, interrupciones en la clase y otras situaciones desagradables, es cuando realmente deseamos poder desaparecer… por unos días, al menos.
- Reprogramar clases: esto es algo con lo que la mayoría de los profesores privados tienen que lidiar. Los estudiantes a veces tienen reuniones, citas médicas, prácticas de deporte de sus hijos, o simplemente se enferman. Como profesores privados, le damos a nuestros estudiantes la flexibilidad para reprogramar clases ya que intentamos darle el servicio más personalizado posible. Aunque esto no es tan común en escuelas o institutos, hay casos en que sí debemos reprogramar clases (eventos naturales o de fuerza mayor que obliga el cierre de escuelas)
Entendemos que es algo necesario para asegurar que el proceso de aprendizaje no se vea interrumpido y que los estudiantes no se vean afectados por la cancelación de clases pero no creo que podríamos decir que lo disfrutamos. Como dije al inicio, hay una lista interminable de cosas que hacer cuando no estamos dando clase y reprogramar clases afecta mucho nuestra lista de tareas.
Los profesores mencionaron otros puntos pero estos fueron los más comunes y, a pesar de que quisiéramos cambiar estas cosas, hay algo que la mayoría de nosotros no cambiaría y es la felicidad de entrar en nuestra aula y estar ahí con nuestros estudiantes, ayudándolos a mejorar y viéndolos lograr sus metas. Es, sin duda alguna, una experiencia enriquecedora que no cambiaríamos por nada en el mundo y no nos vemos haciendo otro trabajo.
Ahora, si eres estudiante, te pido amablemente que comiences a valorar a tus profesores puesto que realmente hacen un gran esfuerzo para que disfrutes tus clases (y si, no todos los profesores son perfectos pero la mayoría trabaja muy duro). Si eres profesor, me gustaría agradecerte por hacer lo que haces y, por favor, sigue dando lo mejor de ti para ayudar a tus estudiantes. ¿Qué otro punto añadirías a esta lista? ¿Te sentiste identificado? Si eres estudiante, ¿sabías de estas cosas? ¿ha cambiado tu percepción de los profesores? Haznos saber en los comentarios.
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